En honor a la verdad no se puede decir que sea un gran lector, sin embargo me gusta mucho leer. Si, ya se
que parece incongruente, pero así somos las personas, incongruentes.
Me gustan las historias, me
chiflan los cuentos infantiles, y eso que los he descubierto de mayor. Estoy
convencido de que contienen más verdad y que son más auténticos que otras obras mucho más complejas.
Me gustan las cosas bien hechas y hoy he recuperado una de mis historias favoritas: “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry.
¿Cómo una historia tan corta puede ser tan cautivante? No lo sé, no se donde reside su gracia. Tal vez en que está escrita como una fábula infantil; tal vez en sus personajes, que ya son iconos del imaginario colectivo; tal vez en la ternura que desprende; o tal vez en sus ilustraciones.
Es una novela corta, se lee en pocos minutos, pero cuando te sumerges en sus paginas el tiempo tiende a alargarse. Seguramente te encontrarás a ti mismo teniendo una conversación imposible con un rey; explicando al hombre de negocios que en realidad el principito es mucho más rico que él, o estarás pensando en la naturaleza de la serpiente.
Si no lo has leído, hazlo. Bájate a la calle, entra en la primera librería y pregunta. Seguro que lo tienen (si no lo tienen no vuelvas a esa librería). Si tu amigo no lo ha leído, regálaselo, si a tu prima ni le suena ya tienes un buen regalo que hacerle y seguro que no es muy caro y regalando un libre siempre se queda bien.
¿De qué va? Puff, pues de la vida, de la pertenencia, de los lazos, de la muerte, de la soledad y pero sobre todo de la amistad. Es un libro que invita a la reflexión mientras tu imaginación vuela por desiertos y planetas.
No solo es un buen libro, sino que además está bien hecho. Está cuidadosamente ilustrado, con imágenes que lejos de fijar ideas en tu cabeza favorecen que fabriques tus propias imágenes mentales. Está cuidadosamente escrito, con frases magníficas, de esas que quedan para el recuerdo y que de vez en cuando alguien dice o alguien pinta en los muros de su casa como lema. Está bien hilado, la frases tienen ecos a lo largo de la historia, tiene un punto repetitivo como muchos libros infantiles, tiene un lenguaje sencillo aunque hable de conceptos complejos. Es un libro fácil de leer y para todos los públicos.
Como muestra os dejo una de mis frases favoritas:
"Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo..."