jueves, 21 de noviembre de 2013

Una de aventuras

¿No os llama la atención cuando alguien dice en una serie estadounidense: -Tengo el número 27 de Detective Comics (primera apareció de Batman) -y todo el mundo dice -ooohhh!!! -Y además con su funda original. - Uoooaaalaaaa!?

Pues a mi sí. 

¿Qué tienen de especial esos cómics? ¿Qué oscuro secreto esconden para que los adolescentes gasten en ellos sus pocos ahorros, para que los adultos los guarden como oro en paño?

Desde siempre he querido leer los cómics clásicos de súper héroes, pero resulta que no es nada fácil. Si vas a la tienda friki de tu ciudad de tu ciudad y, esquivando wargamers, dices: -Hola, quiero el número uno de Spiderman. -Te van a mirar con cara rara y te preguntarán un montón de cosas. -¿De qué universo? -¿Cómo que de qué universo? -Pues es mejor que empieces con otro súper héroe -“Pero es que a mi me gusta Spiderman” -Pues yo creo que lo mejor es que vayas a los universos Ultimate que es más moderno, sino verás un Spiderman desfasado -Entonces aparece uno de esos habitantes de las tiendas de cómics que cuando les suena el móvil se escuchan las cinco notas de Encuentros en la tercera fase: -No, no, ve a la Tierra -616 que ahí es donde nacen los súper héroes. Si quieres luego te pasas al Ultimate o a la Tierra -928. -Estooo… mejor vengo otro día que no hablo vuestro idioma. -Esta conversación es inventada, pero os aseguro que es posible. Y aún se puede liar más (hay más números de Tierras… -0602 es la de Amalgamas, -2301 tipo Manga, -58163 creada por la Bruja Escarlata… y muchos más).

Menuda locura.

Nunca he he atrevido a comprar ninguna novela gráfica clásica americana. Para no enterarme de nada, paso. Y así dejé pasar los años, tristes y vacíos sin súper héroes en mi vida. Vino la serie mítica de los X-Men, aquella de dibujos animados, y la verdad es que me gustaba, pero no me animé a leer los cómics. Llegaron las películas de los X-Men, y luego la serie Héroes, y luego Iron Man con la cara de Robert Downey Jr, y yo seguí sin atreverme a dar el paso. Pero al final llegó una película de la mano de mi querido Joss Whedon y comenté mi frustración con el noveno arte con un amigo: -Si no quieres complicarte empieza con la Imposible Patrulla-X que tienes toda la colección en 3 tomos y es un buen punto de partida. -Bueno, a esta frase llegó después de un rato disertando sobre las realidades distópicas y las realidades futuribles… es lo que pasa cuando hablas con una apasionado de la ciencia ficción. Lo cierto es que no parecía una idea descabellada. Por fin podría comprar un tomo e iniciarme en el universo Marvel.

Dicho y hecho. 

Entré en internet y pedí el primer tomo de la Imposible Patrulla-X directamente a través de la página de Panini. En 24 horas me llega a casa una caja con un montón de catálogos y dentro ella el tomo que veis en la foto.

La primera sorpresa es la calidad de la edición. Nada que ver con los 3 cómics de Dragon Ball que compré en mi adolescencia, ni con los Dragon Fal, ni con los manga de Katsura que tenia mi compañero de piso Otaku en la universidad (un abrazo David!). La encuadernación de este tomo de 600 paginas a todo color no tiene nada que envidiarle a la vetusta enciclopedia que había en la casa de mis padres, el encolado y cosido de las páginas es mejor que el de mi versión de lujo de El Señor de los Anillos. Está claro que este cómic es un producto serio, orientado a coleccionistas, a gente que ame las historias de los mutantes, para gente que quiere leerlo y releerlo y tenerlo en un lugar vistoso de la casa. 

Los dibujos son excelentes, aunque hay alguna variación entre un dibujante y otro (hay varios a lo largo del tomo) todos tienen colores potentes, encuadres imaginativos, eventos en segundo plano. Lo más bonito son las páginas completas que presentan un nuevo personaje. Especialmente el dibujo en el que aparece por primera vez Magneto. No es un cómic para leer rápido, hay que detenerse en los detalles, desgranar cada página, cada viñeta. Me imagino a toda una generación de chavales esperando a que saliera el siguiente cómic y devorando el anterior una y otra vez hasta saberse de memoria cada viñeta. Eso es lo que apetece al leerlo, ver como el dibujante nos muestra una escena imposible que ha salido de la mente del autor. Las historias son totalmente alocadas e imposibles. En una la patrulla X está fuera de la galaxia, en la siguiente debajo de un volcán en una estructura militar que domina Magneto, en la siguiente en La tierra salvaje y la siguiente transcurre en la Escuela para jóvenes talentos de Xavier. La gracia real es lo que va pasando con los personajes, como te van mostrando la personalidad de Lobezno, como su historia se va tejiendo poco a poco; como Xavier se enamora de Lilandra o como Jean se convierte en Fenix mientras Cíclope tiene una crisis de identidad. La historia está sustentado por personajes profundos, potentes, coherentes a su manera. Si no fuera así toda esta historia se desmontaría, no habría durado.




























En definitiva La edición de Marvel Gold de La imposible patrulla X es una cosa bien hecha. Si eres un freak potencial de estos cómics y no sabes por donde empezar, pues ya sabes, hazme caso y hazte con el primer tomo. Aventuras, acción y la satisfacción de leer algo diferente y realizado con mucha calidad.

Y sin más, me voy a leer un rato. A ver qué le pasa esta vez a Tormenta y compañía.




martes, 19 de noviembre de 2013

Haz que cada día merezca la pena.

Haz que cada día merezca la pena.

Una de las obsesiones de Steve Jobs era trabajar en que la experiencia del cliente fuese excepcional desde el primer momento y cuidar todos los detalles. Hasta entonces los ordenadores y otros productos tecnológicos venían en cajas de cartón marrones y feas. Al fin y al cabo al llegar a casa vamos a tirar esa caja fea y cutre. ¿Para que gastar recursos en ella?
Hoy los producto con una presentación realmente trabajada y cuidada se hacen mucho más amables para el consumidor. Somos más exigentes y esperamos que cualquier compra se convierta en una agradable experiencia, y en eso tiene mucho que ver el packaging, los envoltorios y las pequeñas cosas accesorias a los propios productos. 

La venta por internet se impone, yo compro muchas cosas de las de todos los días por internet, siempre a sitios reconocidos y recomendados, claro. Pero son compras muy frías, no ves el producto en tus manos antes de tenerlo, no hay contacto humano en la transacción. Parece que hablas con una máquina de vending lejana y que el proceso está totalmente deshumanizado.

Me he comprado una agenda. La pedí en la página web de Mr Wonderful. ¿Que para qué quiero yo una agenda siendo un tío moderno con un smartphone? Pues para algunas cosas me gusta pintarrajear una agenda. No hay más explicación.

El lunes al final de la mañana me llegó el paquete. Era un sobre grande, de los típicos vamos. Al abrirlo me encontré una tarjeta de agradecimiento con una leyenda impresa que decía: “Disfruta de tus cositas, te las has ganado.” Bonito detalle. Y luego había otra tarjeta de agradecimiento escrita a mano: “Gracias por confiar en nosotros. Equipo Wonder.” Detallazo. 

¡Qué forma tan sencilla de humanizar la venta! Una persona humana agarró un boli azul, cogió el papel y escribió una frase. Es una tontería, ya lo se, pero a mí me gustó. Demuestra que estos señores hacen las cosas con pasión, con cuidado, con cariño. Así es como se hacen las cosas bien hechas. Esta sensación se incrementó a medida que fui abriendo el paquete hasta llegar a la agenda. Un diseño cuidadísimo, llena de detalles, de frases motivadoras, de citas célebres, y todo eso sin estorbar la usabilidad. 
La agenda es una agenda… sirve para organizar las citas, las tareas, las reuniones y esas cosas aburridas. Parece que llevan una leyenda que pone “Soy ese libro en el que escribes todas esas cosas que tienes que hacer para seguir expandiendo ese vacío existencial en el que vives”. Pensadlo bien. Son aburridas, todas iguales, sin gracia, llenas de mapas en las primeras hojas (¡para que porras quieres un mapa en la agenda?). En blanco y negro o como mucho tiene dos colores. Las agendas han muerto. Los smartphones y el iCal o el GoogleCalendar se las ha comido y ellas no han sabido actualizarse, transformarse. ¿Qué mejor cambio que convertirlas en una herramienta amable?, ¿que mejor actualización que conseguir mejorar la experiencia del usuario?. ¿Qué mejor que conseguir que todo aquel que compre una agenda se sienta bien, sonría un poquito y sienta que tiene algo especial en las manos? Esta agenda pone en su portada: "Haz que cada día merezca la pena". Dicho de otra manera, sé proactivo, busca el objetivo detrás de la tarea para llenarlo de significado, usa tus recursos de forma creativa para disfrutar con lo que haces y se eficiente. Enfócate en la meta final, pero no olvides disfrutar del camino. Es una sola frase llena de significado. 


Buen trabajo, señores de Mr Wonderful, vuestra agenda y vuestra forma de enviarla son una cosa bien hecha.

martes, 12 de noviembre de 2013

Me gustan las sagas cinematográficas. Soy un enamorado de Regreso al Futuro, Indiana Jones, La guerra de las galaxias, el Señor de los anillos o cualquier otra que se os ocurra. En las sagas uno sabe qué se va a encontrar en la próxima película, la forma de narrar la historia, los encuadres, la imagen.

Cuando comenzó el fenómeno Harry Potter tengo que admitir que lo prejuzgué y no me interesó. Al ver todo el jaleo que se formaba a su alrededor me puse a leer los libros, me engancharon y los devoré en pocos días. Las películas sin embargo me resultaron insulsas, aburridas, visual y narrativamente planas… excepto una. Alfonso Cuarón logró hacer de El Prisionero de Azcaban una película con ritmo, visualmente maravillosa, aportó al mundo mágico de Harry el frescor y la fantasía que le faltaban enmarcado en los cánones y los límites que la franquicia imponía. Desgraciadamente en la siguiente película volvió el aburrimiento y la sosería mientras Cuarón desbordaba calidad e ingenio en Los Hijos de los Hombres.

GRAVITY era otra historia. 


-Una película densa, dura, claustrofóbica, la crítica la compara con Buried y… yo no voy al cine a pasar un mal rato. -Pero es de Cuarón. -Sí pero… noventa minutos de agobio… -Además sale Gorge Clooney. -Pero también sale Sandra Bullock. -Es que los trailers son impresionantes. - Bueno, ya la veré en casa que si me agobia apago la tele y listo. - ¡Pero es en 3D! - Pueees… el 3D es lo de menos en una película.

No me decidí, hasta que Mario me dijo: “Es una nueva forma de hacer cine”. ¿Una nueva forma de hacer cine? Ya será menos, qué exagerado, no será para tanto… pero creo que ahora me he quedado sin argumentos y tendré que ir a verla.

Gravity no es una historia, Gravity es un poema hermoso, emocionante, crudo y visceral. Gravity es un viaje silencioso en un entorno atípico donde el vacío lo es todo. Gravity es una experiencia de inmersión en la soledad y el silencio del espacio.

Pocas veces en una película se muestra tanto amor al detalle. Cada segundo tiene una factura perfecta, ni un solo pelo de Sandra Bullock delata que lo que estamos viendo es un engaño, un truco de cámara. El 3D magnifica la inmersión y amplifica las sensaciones. Ver un astronauta flotando en el espacio no es nada nuevo ni nada revolucionario, pero sentir que tu estás ahí flotando con ellos, empatizar con sus sensaciones, creerse parte de la historia, eso si es algo nuevo.

GRAVITY es una película bien hecha. Perfecta, que sobrepasa las expectativas, visualmente abrumadora y que transmite muchas sensaciones. La historia es sencilla y las actuaciones sobresalientes (especialmente Sandra Bullock que no es de mis favoritas). Dura 90 minutos, no podría durar más sin hacerse lenta, pesada o demasiado dramática. Sin duda recomendable.

Curioso
El nivel de realismo es tal que un periodista creyó que la película se había rodado en el espacio... Mira el video en Youtube

Postludio freak

En un momento cerré los ojos y me vi, como desde lejos, sentado en la habitación de mi adolescencia. La luz apagada, la puerta cerrada, los altavoces a un buen volumen y en la pantalla de mi flamante Pentium MMX disfrutaba de otra aventura espacial: The Dig de Lucas Arts. No se cuantas horas invertí en recomponer los puzzles acompañado del “cerdo” una caja de herramientas que flotaba, sin duda todas ellas bien invertidas. Necesité hacer alguna llamada a Dani cuando me atasqué, recuerdo irme a dormir dándole vueltas a un acertijo que tenía algo que ver con girar unas piedras y colocarlas para que sonaran de alguna manera. Recuerdo levantarme temprano para seguir investigando. A ver si lo recupero de alguna forma… Enlace

jueves, 7 de noviembre de 2013

Cada casa es un mundo

Cada casa tiene su propio orden, su propia vida, su olor, sus rincones especiales, sus ventanas al mundo. Nuestros hogares están hechos de nuestra propia esencia, y en ellos atesoramos recuerdos y momentos. Es un espacio íntimo, lleno de nuestras rutinas, de nuestras manías, repletos de nuestra propia forma de hacer las cosas. 

Los libros pueden agolparse sobre la mesilla de noche, las revistas pueden hacer columnas de equilibrios imposibles al lado del sofá, el mando de la tele puede esconderse entre cojines y puede que las tablas de cortar duerman cada día en un cajón diferente de la cocina. Pero da igual, todo genera un orden, todo evoluciona en un equilibrio dinámico y de alguna manera todo encaja.

Los habitantes de algunas casas se sacan los zapatos en la entrada, en otras entran con las botas hasta la cocina. Unas casas tienen una cocina pequeña, justa para el que trabaja en ella, en otras la vida se hace entre fogones. A veces las habitaciones son salas de reuniones improvisadas, y otras solo se usan para descansar. Algunos salones son los centros de la vida de la familia, y otras veces están reservados para las visitas especiales. Las casas reflejan la vida de sus habitantes, sus costumbres, sus acciones, sus filosofías.

Los muebles de madera desprenden aroma, la chimenea tiene su propio olor, la tela del sofá también ayuda, y el suavizante de la ropa, el friegasuelos de limón... el perro (si es una casa afortunada), las alfombras, la cocina, las velas aromáticas y el ambientador. Cada hogar tiene su propio aroma.

Toda casa tiene sus rincones especiales. Ese sitio en el que te sientas a leer, aquel rincón en el que nadie te molesta, esa ventana que mira el horizonte y en la que ves llover, el sofá en el ves los partidos, la estantería donde tienes los libros pendientes de leer, o el cuarto de las herramientas. Incluso la mancha que dejó tu hermano cuando era pequeño, o el dibujo abstracto que el hijo de tus amigos que pintó en la pared de la cocina. En las casas ocurren muchas cosas, ¡casi todas! A veces incluso 3 o 4 generaciones viven en la misma casa en diferentes momentos, y al salir ves el árbol que plantó tu abuelo, la planta que te regaló tu tío, el mueble de la tele que comprasteis cuando tu hermano rompió la tele vieja, el sitio donde pusisteis la cuna antes de que naciera tu primer hijo. El sofá del primer beso, el recuerdo de la primera noche en el nuevo hogar, el primer día de frío o la tristeza de la despedida.

¿Y esto qué tiene que ver con “las cosas bien hechas”?


Una casa abierta es algo bien hecho. Cuando alguien abre su casa para ti está exponiéndose, está mostrando algo propio, importante, relevante. La hospitalidad es un valor en decadencia. Y después de un intenso fin de semana en el que me he sentido como en casa, aunque no lo he estado, esta es mi forma de dar las gracias.