miércoles, 16 de julio de 2014

"hay impío que por su maldad alarga sus días"

Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
Eclesiastes 7:15

Cuando me decidí a escribir este blog me propuse dos cosas:
No postées si no encuentras algo que te motive. No quiero desvirtuar el blog forzándome a escribir si no me siento inspirado. Además fallarle al blog es fallarme a mi, por tanto fallarle una persona que me importa mucho.
Aprovecha para revisitar lugares que ya has recorrido, y busca nuevas sendas. En mi vida he visto muchas cosas bien hechas, pero antes de hablar de ellas quiero revisitarlas, es decir, tengo pendiente un post sobre El Señor de los Anillos, pero hasta que no encuentre tiempo para volver a verla, no pienso hablar de ella. Y por otro lado, que mejor excusa para descubrir nueva música, libros, series, o lo que sea!
Pues bien, hoy toca hablar de una película que vi hace muchos años, cuando alquilaba una todos los viernes. No recuerdo si la vi solo, o si mis habituales compañeros de cineforum (Alan y Dani). Gattaca es una película 1.997. Por aquel entonces el proyecto Genoma humano estaba en marcha, pero no se publicaría hasta 2.003, de manera que esta película adelantaba acontecimientos e iba preparando la opinión pública para lo que vendría. Gattaca es una película un tanto pretenciosa, pero es posible que ese sea su único error. Si nos olvidamos de lo que pretende ser para centrarnos en lo que realmente es descubrimos una serie de matices fantásticos.
Si os apetece ver una película bien hecha que transcurre en un futuro distópico (lo cualo? si quieres saber lo que es un futuro distópico lee la nota que algo al final del post) os recomiendo que la veáis antes de seguir leyendo. Eso sí, luego volvéis y termináis de leer.

Os pongo en tesitura. Un futuro cercano en el la tecnología nos ha llevado a tener hijos genéticamente seleccionados para evitar enfermedades congénitas y potenciar todas las virtudes posibles. Es decir, los padres eligen las características de sus hijos casi a la carta. En esta sociedad también nacen niños “degenerados” es decir, que no hay pasado por un proceso de higiene genética. Estos no tienen mucho que hacer frente a los otros y terminan haciendo los peores trabajos, y son condenados a ser clase baja. Para rizar el rizo se ha desarrollado una tecnología que permite, con una gota de sangre, analizar el mapa genético de las personas y detectar un degenerado rápidamente, calcular su esperanza de vida, ver las posibilidades de que padezcan enfermedades graves, etc. Nuestro protagonista, un Ethan Hawke fantástico, es un degenerado que se propone suplantar a un hombre genéticamente seleccionado, con la mala suerte de que tiene una esperanza de vida de 30 años… con lo cual nadie está dispuesto a contratarle, o a apostar por él.
¿Por qué me gusta?
La banda sonora. Si no te fijas ni te das cuenta, sin embargo es fantástica. Al investigar un poco descubrí que el autor es Michael Nyman, autor de la banda sonora de El piano, nada menos!
Los actores: Ethan Hawke en posiblemente su mejor papel; Jude Law, un hombre genéticamente seleccionado que ha sufrido un accidente y vive postrado en una silla de ruedas; y Uma Thurman. Los dos primeros eran casi desconocidos en aquel momento. El trabajo que hacen es fantástico.
El manejo de la luz y el color. Es una película más bien oscura, como su trama. Pero algunos personajes tienen una silueta oscura a su alrededor, por ejemplo el hombre que presenta a Gerome y Vincent. Un personaje que marca totalmente la historia aunque sale muy pocos minutos. Cuando aparece hay tan poca luz que parece que estas viendo una película en blanco y negro. Hay también unas cuantas escenas azules, otras secuencias completas en sepia, otras verdes. No lo he leído por ninguna parte que imagino al director pensando en colores en las escenas. Es visualmente una película preciosa sin caer en el efectismo.
El personaje principal. Vincent es un personaje convincente. Un soñador que ha vivido toda su vida limitado por lo que los demás piensan de él. Tal vez como tu. Tal vez como yo. Limitado por dónde ha nacido, quiénes son sus padres, o qué altura tiene o si tiene o no miopía. Vincent  aparece en la primera escena limpiándose, eliminando células muertas de su piel como quien pretende desprenderse de si mismo, como quien intenta cambiar de piel o ponerse una careta cada mañana. Y esto no está tan lejos de la realidad. Vincent no cree en sus limitaciones, lucha contra toda una sociedad en busca de una vida mejor. Hay un momento muy bonito, cuando se da cuenta de lo que puede hacer. Es como un despertar, como el nacimiento de un nuevo futuro, de una nueva ilusión. Este evento determina el resto de la vida de Vincent.
Gerome. El personaje secundario es un perdedor, habiendo sido un niño genéticamente perfecto, alto, rubio, de ojos azules, atlético, inteligente, todo todas las oportunidades que la sociedad le brindaba… se ve arruinado, obligado a vender su identidad y vivir pegado a una botella de alguna bebida alcohólica. Por momentos odia a Vincent porque le humilla que un degenerado tome su nombre, pero por otro lado le admira, por su determinación, por su fuerza de voluntad, por su valentía.
Hay un juego mental constante. La dualidad de un hombre capaz de engañar a todo el mundo, incluso a la mujer que ama para lograr una meta imposible. Posiblemente capaz de matar (clave del asusto es que hay un asesinato y Vincent es a los ojos del espectador el posible asesino), capad de cualquier cosas por llegar a sus objetivos. Pero por otro ves una sociedad injusta contra la que vale la pena luchar y tal vez engañando, robando y asesinando sea la única opción posible. O te pones de parte de una sociedad injusta o de parte de un personaje maquiavélico
Una película de frases. El personaje más interesante y el más inteligente es Gerome. Este deja caer muchísimas perlas. Frases elocuentes que te dejan parado un ratito. No solo las dice él, pero en la voz e Jude todo es posible. Es evidentemente el más dotado de los personajes y el destino truncó su físico, pero no su inteligencia. Aunque está sorprendido por lo que Vincent es capaz de hacer, y aunque está metido en muchos problemas, su mente sigue haciendo las evaluaciones más correctas de cada circunstancia.
En cualquier caso, Gattaca es una película de culto, bien hecha, que cualquier seguidor de la ciencia ficción disfrutará. 


Nota: Los futuros distópicos. Lo habéis visto un millón de veces. Los futuros distópicos son lo opuesto a futuros utópicos. Casi siempre cuando se usa ese término nos referimos a un futuro en el que, partiendo de la realidad actual, ocurre un evento que trastorna la sociedad. Para que sea más interesante ese evento suele estar relacionado con algo que está ocurriendo ahora mismo. Por ejemplo, WaterWorld es un futuro distópico en el que el calentamiento global ha llevado a subir el nivel del mar muchos metros; 2.001 Odisea en el espacio es un futuro distópico en el que Hall cobra vida. Hay muchos ejemplos más, 1.984 de Orwel, o Un mundo feliz, son historias que ocurren en futuros distópicos (por ciento, dos grandísimos libros, que se leen fácil y valen mucho la pena). El arco argumental de Trunks en Dragon Ball cuando regresa del futuro, o La patrulla X, los días del futuro pasado son ejemplos de cómics con futuros distópicos. La película Her, en la que un hombre se enamora de su sistema operativo, La impresionante serie Black Mirror de la que no pienso hablar pero que debéis ver. Si me descuido hasta el anuncio de Neutrex Oxigeno Activo también es nos presenta un futuro distópico.  Siempre son interesantes, siempre sorprendentes, para mi las historias que ocurren en futuros distópicos siempre tienen atractivo.

viernes, 4 de julio de 2014

Un hombrecillo no puede volar por el espacio solo con una camisa con alas.

Un hombrecillo no puede volar por el espacio solo con una camisa con alas.

Los cuentos. Pequeñas ventanas hacia la mente de los niños que nos permiten ver un momento con sus ojos. Relatos cortos y coloridos que nos hacen sentirnos pequeños de nuevo. Me hacen darme cuenta de que veo el mundo a través de un cristal que yo mismo he construido, con unos prejuicios, con unas ideas preconcebidas. Pero los niños pueden ver más allá de ese cristal.

Cuantos más cuentos leo más me apasionan.

Tengo dos cuentos favoritos. El primero es La aventuraformidable del hombrecillo indomable, de Hanx Traxler, editado por Anaya. Una oda al surrealismo con forma de cuento infantil. Un libro corto, en verso y con unas fantásticas ilustraciones. Mágicas aventuras y geniales imágenes mentales pueblan sus hojas, como la de un hombre transportado de un país a otro por una bandada de gallinas que tienen que hacer un alto en el camino. Se nota que es un cuento clásico, las ilustraciones parecen hechas a lápiz y pintadas con más lápices de colores. Y eso le da un toque vintage. Me lo sé de memoria. De cabo a rabo. Y lo recito cual Canción del Pirata de José de Espronceda en cuanto tengo ocasión. La gente me mira… porque como buen poema surrealista sin las ilustraciones no tiene ningún sentido. Aunque.. ahora que lo pienso... con las ilustraciones tampoco lo tiene. Pero me da igual. Ningún libro del mundo nos presenta un viaje más loco y rápido y tiene tantas aventuras en menos palabras. El protagonista recorre por lo menos desde China hasta Europa, y termina en la luna. Sin escafandra ni traje de astronauta ni nada. En los cuentos esas cosas no hacen falta. Lo estropearían. Los mayores necesitamos que todo tenga coherencia –Ah! El hombrecillo no puede volar por el espacio solo con una camisa con alas. –Y eso quién lo dijo? Un tipo muy aburrido, seguro. Pues este hombrecillo valiente, sin pena, gloria ni nombre, sí que puede. Es más, lo hace cada noche, cuando le recito el cuento a mi hijo.





El otro cuento es “Moncho e a mancha” de Kiko Dasilva (en el link os dejo su Blog), editado por Kalandraka. A mí me gusta más en gallego aunque también está editado en castellano. Es un libro encantador que aproxima a los niños al mundo del arte (niños y no tan niños) y les anima a acercase a sin prejuicios, sin límites, dejando volar su imaginación. Moncho pintaba todo lo que se ponía a su paso, la cama, el mantel… un día hasta pintó a su abuelo! -Pero cómo que pintó a su abuelo? - Pues pintándolo! es un cuento infantil, Moncho puede pintar en cualquier sitio. Ay! Siempre el mayor con sus paranoias. -En una ocasión, después de estar dedicado a su arte, descubrió una preciosa mancha negra sobre un papel blanco. Entonces Moncho decide ir a buscar qué representa esa mancha, pero nadie se atreve a resolver el misterio hasta el final.

La edición en gallego viene con las tapas duras, a todo color y con unas imágenes preciosas. Os dejo algún ejemplo. Las ilustraciones están hechas como una escultura cerámica y de cemento policromado. Se percibe la tridimensionalidad y esto de la un toque de realismo. Ya os digo que yo no soy un gran conocerdor de los cuentos infantiles, pero esta técnica me parece preciosa.

Sin embargo, y sin desmerecer la parte artística que es sublime, lo que más me gusta del cuento es que resulta inspirador. Inspira ver como una simple mancha en una hoja de papel lleva a Moncho a investigar sobre su propia obra, en realidad escava en su propio interior y de esa forma invita a los niños a hacer lo mismo. Investigar, soñar, viajar, descubrirse a uno mismo. Al final el viaje de Moncho es un viaje de autoconocimiento, de autoafirmación, un viaje que todas las personas deben hacer. Mejor hacerlo con libertad, como un divertimento, tal cual lo hace Moncho, que cargados de  complejos y de prejuicios contra nosotros mismos que es como terminamos haciéndolo. Puede que sea el viaje interno, de alguna manera hacia la madurez, aunque Moncho siga siendo un niño, menos traumático que he visto, leído, escuchado o vivido alguna vez. Al final Moncho no cede, simplemente descubre quién es y ese descubrimiento cambiará el resto de su vida.

La aventura formidable del hombrecillo indomable y Moncho e a mancha son cosas bien hechas. Estoy seguro de que en este mundo de cuentos que estoy a punto de descubrir encontraré muchos más. 



PD1. Hans Traxler es un ilustrador alemán que nació en 1929. Escribió varios libros infantiles, pero el de más trascendencia es La aventura formidable del hombrecillo indomable.

PD2. Kiko Dasilva, nació en 1979 y se licenció en Bellas Artes. En este libro nos acerca al trasfondo del arte modermo de una forma sencilla, pero convincente, clara, concisa. Es un humorista gráfico gallego director y creador de revistas de “banda deseñada” como Retranca y BdBanda.

martes, 1 de julio de 2014

Déjate llevar.

Hace poco paseaba por Pontevedra y me encontré con unos buenos amigos de mis padres (y padres de buenos amigos míos). Tuvimos una conversación que me dejó pensando. Después de saludarnos amigablemente y descubrir que “todos estábamos bien” me preguntaron –¿vives aquí?, ¿en Pontevedra? –ojala. Contesté ojalá. Rápidamente cambié la respuesta, - bueno, yo me crié aquí. Le tengo cariño a Pontevedra y venía pensando en lo bonita que está. Estoy muy bien donde estoy.

Supongo que los sitios donde viviste de pequeño se te quedan grabados en la mente. Sobre todo si fuiste feliz. ¡Hay tantos buenos recuerdos escondidos en las calles de Pontevedra! Me fui de allí con 16 años, y la verdad es que me fui contento. Me mudé más cerca de mis amigos, más cerca de mis aficiones y más cerca de la playa. No me costó nada dejar tres lustros de urbanidad para irme a vivir al pueblo. Nada de nada. Pero eso lo quiere decir que mantenga una relación estrecha con la ciudad que me vio crecer.

En Pontevedra hay un lugar excepcional. Una especie de santuario de ambiente oscuro y cargado, lleno de gente hablando bajito. Un respeto reverencial hacia el arte contenido en aquel lugar lo envuelve todo. Al menos así es como yo lo recuerdo.

En aquel lugar hasta el más extraño era aceptado como uno más. De alguna forma todos los que estaban allí eran proscritos, bichos raros, gente extraña que hablaba de otros mundos, de otras lenguas. Un vínculo, un acuerdo que nadie se atrevía a verbalizar empapaba el santuario, un pacto de respeto y armonía. Difícilmente podías encontrarte con alguno de estos seres en las calles y mucho menos en los parques, o en las canchas de fútbol. Sus aficiones eran otras, sus intereses mucho más elevados. Barba, pelo largo, gafas y unos cuantos dados en el bolsillo en honor a Gary Gygax eran las señas de identidad. Móviles sonando con un mitiquísimo Re Mi Do Do Sol, Nokias 3210 intentando reproducir la Marcha Imperial. Roleros, otakus, fieles de Marvel o seguidores de DC Cómics; Warhamer gamers, aficionados a la fantasía y a la ciencia ficción, trekies y seguidores de Dragón Ball. Paz era un lugar de descanso para mentes inquietas.

Ahora es muy fácil ser un poco freak. Ya está asumido, ser freak es de lo más mainstream. Pero hace 15 años la historia era diferente.

La semana pasada pasé por Pontevedra. No pude resistirme, entré en la librería Paz. Estaba cambiada, era más luminosa, no sé. Más amplia. Las estanterías de los cómics estaban dispuestas de una forma diferente. Tal vez más lógica. Había poca gente dentro, y hablaban sin respetar aquel silencio que recordaba. Había mujeres dentro de la librería, eso nunca pasaba entonces. Entré hasta el fondo, donde podías revolver en los cómics, y aquellas mesas con separadores de cartón seguían allí. No me atreví a preguntar si les quedaba algún Dragon Fall, o si Neko seguía existiendo. Fui a la zona de fantasía y allí seguían las versiones de El señor de los Anillos ilustradas por Alan Lee, El Hobbit anotado y por supuestos todos los libros de Úrsula K Le Guin, los de Martin (no solo Canción de hielo y fuego), los de Terry… a la derecha ví un pequeño resto de productos de Warhammer 40.000
…  y recordé a tanta gente montando ejércitos de Warhammer… Recordé tantas horas de mazos y de Magic. La esencia de la librería seguia allí. Depués de tantos años, después de tanta crisis. Aquellas paredes seguían impregnadas del frikismo de cientos de chicos que pasaban sus días pintando soldados, debatiendo sobre si la muerte de Gandalf, buscando los cómics de Dragón Ball que estaban entintados como los originales (al revés), que discutían si dejar D&D y internarse en el rol de CyberPunk o en Vampiro.
Allí dentro tuve una hermosa sensación de añoranza. Sin tristeza, sin amargura. Me dejé llevar y recordé el tacto de los cómics en mis dedos mientras buscaba el que me interesaba, el olor a tinta que te inundaba al entrar, la emoción de llevarte a casa algo nuevo. Las preguntas sobre el rol, las tardes de Cyberpunk con Garu. Y tantas cosas más.
Hable un rato con el librero, se quejó de la crisis, ¡cómo no! Pero ahí seguen, al piel del cañón. Tantos años después. Por supuesto no pude irme sin un recuerdito… pienso volver. Pienso volver a menudo. Pienso volver tanto que me haga un habitual.

Te propongo algo. Haz memoria de un lugar donde ibas de joven, de adolescente, un lugar que siga en pié. Ve, mejor si puede ser solo. Entra y déjate llevar por las sensaciones, por los recuerdos. Regresa a tu juventud y disfruta del regreso. Céntrate en lo bueno. Olvídate de si ya no es lo mismo, o que si antes te gustaba más. Céntrate en recordar las sensaciones que viviste allí, e intenta percibir si todavía queda algo de todo aquello. A veces dejarse llevar los recuerdos es una cosa bien hecha.