Hoy he revisitado mi propio blog. Resulta que estos días se cumplen veinte años del disco que lo cambió todo. El OK Computer de RadioHead. -"Recuerdo hacer una entrada sobre ese disco en el blog friki que tenía antes"-pensé. Así que me dispuse a leerla como quien recuerda a un viejo amigo.
Cual fue mi sorpresa cuando no encontré esa entrada... -"recuerdo leer sobre el disco, lo hicieron en una especie de castillo, agobiados al verse rodeados de la naturaleza y alejados de los espacios urbanitas. Fueron buscando inspiración, y "vaya si la encontraron" pero a costes personales muy altos"- Recuerdo perfectamente navegar en busca de la info y resulta que por algún motivo no terminé la entrada y no la publiqué.
Tal vez me pareció muy poca cosa para tan grande disco. No sé. Hoy lo veo con cierta distancia y me apetece compartir con vosotros lo que entonces escribí, porque creo que representa bastante bien lo que este disco supuso para mi.
Recuerdo cuando lo escuché por primera vez, recuerdo no querer pasar de canción, porque los nueve primeros compases de Airbag me parecían insuperables... pero eso solo duró hasta que escuché la melodía de Paranoid Android.
Feliz reencuentro. Un abrazo a todos.
Os dejo con la entrada tal como la escribí en aquel entonces.
Cual fue mi sorpresa cuando no encontré esa entrada... -"recuerdo leer sobre el disco, lo hicieron en una especie de castillo, agobiados al verse rodeados de la naturaleza y alejados de los espacios urbanitas. Fueron buscando inspiración, y "vaya si la encontraron" pero a costes personales muy altos"- Recuerdo perfectamente navegar en busca de la info y resulta que por algún motivo no terminé la entrada y no la publiqué.
Tal vez me pareció muy poca cosa para tan grande disco. No sé. Hoy lo veo con cierta distancia y me apetece compartir con vosotros lo que entonces escribí, porque creo que representa bastante bien lo que este disco supuso para mi.
Recuerdo cuando lo escuché por primera vez, recuerdo no querer pasar de canción, porque los nueve primeros compases de Airbag me parecían insuperables... pero eso solo duró hasta que escuché la melodía de Paranoid Android.
Feliz reencuentro. Un abrazo a todos.
Os dejo con la entrada tal como la escribí en aquel entonces.
El dieciséis de Junio de mil novecientos noventa y siete, cuando tenía yo catorce años y acababa de adquirir mi primera guitarra -en realidad una guitarra cutre-salchichera que aún conservo y toco muy a menudo- un disco salía al mercado para cambiarlo todo. Nació con cierta consciencia de lo que era, pero luchando por evitarlo. Con los rigores de la postmodernidad plenamente vigentes surge un disco que erige a sus creadores como una de las bandas más influyentes de todos los tiempos. En verano del noventa y siete Radiohead revoluciona el panorama musical con su OK Computer.
RadioHead abandona el estatus del Britpop para meterse en una crisálida y mezclar las melodias de Oasis, los ambientes de PinkFloyd, la melancolía de toda una generación y una historia de fantasmas. Y de ahí salió una obra épica, destinada a matar el britpop, no para abandonarlo, sino para redescubrirlo y hacerlo todavía más grande.
Un album de sensaciones más que de palabras, y eso que de palabras va sobrado. ¿Qué es lo que lo hace diferente? Sin duda lo diferencial de este exquisito disco es que es capaz de transmitir ese desasosiego, esa tristeza, esa sensación de incomodidad dentro de la propia piel propia del postmodernismo. Ese hormigueo en las yemas de los dedos que lleva a la Generación X a la desesperanza, a querer ver la sociedad desde un punto de vista imposible (alíen), a sentirse desapegado del mundo y de la sociedad en la que ha crecido que le resulta a la vez imprescindible e inhóspita.
Un album imposible. Abrazando el negacionismo de la dualidad que profesaban los modernos, Thom Yorke y sus secuaces cuecen OK Computer con dificultades personales, perdidos en un entorno rural, desesperados por volver a la fría e inhóspita urbe. A su alrededor el mundo se antoja irreal, como una danza de sombras creada por una hoguera detrás de ellos. No hay forma de percibir nada permanente. Nada es real, nada es imperecedero. Nadie garantiza lo que hay más allá de los límites de la propia piel.El conocimiento del mundo es difuso, limitado e imposible. La desazón de la postmodernidad ahoga a estos británicos y estos plasman esa sensación en cada acorde, en cada riff, en cada cambio de ritmo. Este es el corazón del disco, lo que lo hace grande. Cada compás, cada acorde, cada sonido va empapado de sensaciones, sensaciones que además trasmite al oyente. El camino del exceso que William Blake abrió y Jim Morrison recorrió ha sido abandonado. Ahora la mente se abre a través de la reflexión de la trascendencia de la existencia misma. En ese autoexamen profundo solo se haya la desesperación de la soledad. La introspección nos condena a la soledad y a la tristeza.
RadioHead abandona el estatus del Britpop para meterse en una crisálida y mezclar las melodias de Oasis, los ambientes de PinkFloyd, la melancolía de toda una generación y una historia de fantasmas. Y de ahí salió una obra épica, destinada a matar el britpop, no para abandonarlo, sino para redescubrirlo y hacerlo todavía más grande.
Un album de sensaciones más que de palabras, y eso que de palabras va sobrado. ¿Qué es lo que lo hace diferente? Sin duda lo diferencial de este exquisito disco es que es capaz de transmitir ese desasosiego, esa tristeza, esa sensación de incomodidad dentro de la propia piel propia del postmodernismo. Ese hormigueo en las yemas de los dedos que lleva a la Generación X a la desesperanza, a querer ver la sociedad desde un punto de vista imposible (alíen), a sentirse desapegado del mundo y de la sociedad en la que ha crecido que le resulta a la vez imprescindible e inhóspita.
Un album imposible. Abrazando el negacionismo de la dualidad que profesaban los modernos, Thom Yorke y sus secuaces cuecen OK Computer con dificultades personales, perdidos en un entorno rural, desesperados por volver a la fría e inhóspita urbe. A su alrededor el mundo se antoja irreal, como una danza de sombras creada por una hoguera detrás de ellos. No hay forma de percibir nada permanente. Nada es real, nada es imperecedero. Nadie garantiza lo que hay más allá de los límites de la propia piel.El conocimiento del mundo es difuso, limitado e imposible. La desazón de la postmodernidad ahoga a estos británicos y estos plasman esa sensación en cada acorde, en cada riff, en cada cambio de ritmo. Este es el corazón del disco, lo que lo hace grande. Cada compás, cada acorde, cada sonido va empapado de sensaciones, sensaciones que además trasmite al oyente. El camino del exceso que William Blake abrió y Jim Morrison recorrió ha sido abandonado. Ahora la mente se abre a través de la reflexión de la trascendencia de la existencia misma. En ese autoexamen profundo solo se haya la desesperación de la soledad. La introspección nos condena a la soledad y a la tristeza.
Un album con un sonido nuevo. El primer riff de guitarra es una declaración de intenciones. Un sonido desgarrador, corta el espacio y sorprende al oyente. Para los que ya conocemos sus profundidades nos sumerge inmediatamente en la complicada experiencia OK Computer. Para los neófitos resulta un sonido novedoso, fresco y libre, propio de quien ya no tiene nada que demostrar.
Una banda de leyenda. Radiohead.
https://www.youtube.com/watch?v=m_mMzOQpe0I
Una banda de leyenda. Radiohead.
https://www.youtube.com/watch?v=m_mMzOQpe0I
OK Computer es un disco bien hecho, y tantos años después puede ser un grandísimo descubrimiento para ti si no lo has escuchado aún.
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