lunes, 11 de enero de 2016

Que la fuerza te acompañe.

Después de darle muchas vueltas, he decidido que no soy capaz de hacer una entrada sobre El despertar de la fuerza sin entrar al trapo. De manera que ya os voy avisando:
La siguiente entrada CONTIENE SPOILERS importantes 
sobre los SIETE episodios de Star Wars. 
Si no las has visto ya estás tardando.

Datos para no iniciados.
Star Wars es la saga galáctica por excelencia. Más allá de Star Trek, Galáctica, Stargate, Dune o cualquier otra que se te ocurra. La historia de cómo se hizo la Guerra de las Galaxias es la historia del cine reciente, la historia de como se hicieron los imperios que ahora gobiernan la galaxia digooooo Hollywood. Si te entra la fiebre por ver el episodio VII (cosa muy recomendable) búscate el episodio IV, V y VI. Cualquier empresa de contenidos digitales las tiene muy a la vista. Los episodios I, II y III son prescindibles. Que la suerte, digoooo... que la fuerza te acompañe.


Mi primer recuerdo de la Guerra de las Galaxias data de cuando la televisiones tenían más culo que diagonal. Por aquel entonces en la TVG (la televisión de Galicia) emitía bastante cine pero se encontraron con un problema de formatos. Las imágenes de las películas tenía una ratio de 16:9 (si no era de 21:9 que es lo habitual en el cine) y las pantallas de 4:3, teniendo en cuenta el tamaño de las televisiones por aquel entonces resulta que las imágenes eran tan pequeñas que a dos metros no podías diferenciar a Han Solo de la Princesa Leia. De manera que a los de la TVG se les ocurrió estirar las imágenes. Semejante deformación no se me borrará de la retina. Las espadas láser eran más largas cuando estaban en la vertical y más cortas cuando estaban en la horizontal... eso por no hablar de las deformaciones del Halcón Milenario al hacer volteretas... Me refiero a la trilogía original, la clásica (la buena). Con las espadas refulgentes que parpadeaban, con un Yoda teleñeco y con tanta autenticidad.
No encontre registro gráfico adecuado del estiramiento, pero buscando apareció este ejemplo de lo que hablo.
En mi recuerdo el efecto era mucho más exagerado.

Fue una trilogía mágica. El enorme éxito cosechado no fue una casualidad. Aquellas películas ofrecían algo nuevo: Las naves espaciales, la hipervelocidad, las espadas láser... y a la vez elementos clásicos del género literario: el bien contra el mal, el lado oscuro del poder, la corrupción y el miedo a la corrupción, los conflictos familiares, el amor, el deber, los héroes, las princesas... Todo ello perfectamente sustentado en unos personajes maravillosos, y unos cuantos secretos que ve san desvelando poco a poco.

Una nueva esperanza (el episodio IV) nos presentó a los personajes principales de la historia y una trama de inicio, con un Luke Skywalker tal vez demasiado ingenuo, una princesa Leia que en realidad cumple el papel típico de princesita que necesita ser salvada, un Han Solo dicharachero y un Darth Vader de leyenda.

El imperio contraataca (el episodio V) nos presenta la evolución de los personajes. Luke inicia el camino para convertirse en un Jedi, Han trata de arreglar las cosas al visitar a un amigo y las complica, Leia declara sus sentimientos hacia Han, y Darth Vader desvela que es el padre de Luke en la batalla final. La película termina en drama, con Han Solo congelado en carbonita, la resistencia con sus capacidades ofensivas mermadas y el Imperio es más fuerte que nunca.

El retorno del Jedi (el episodio VI) es el final del ciclo. Han se convierte en un revelde convencido, la princesa Leia por fin hace algo más que presentarse con dos ensaimadas en la cabeza y Luke ha desarrollado su conocimiento de la fuerza.
La historia se desarrolla de manera que se descubre que Luke y Leia son mellizos, hijos de Anakin Skywalker, quien se corrompió y se convirtió en Darth Vader. Cuando el Emperador trata de convertir a Luke hacia el lado oscura resurge la luz en Anakin (Vader) y mata al Emperador sacrificándose a sí mismo para salvar a su hijo. Así el imperio es derrotado y parece que se restablecerá el equilibrio en la fuerza y la paz en la galaxia. Esta última batalla de la Guerra Civil Galáctica es conocida como la Batalla de Endor.

Si alguno no ha visto estas tres películas... no debería haber leído el post... pero aún así le recomiendo que las vea. Son películas fantásticas!

Años después al señor Lucas se le ocurrió hacer la trilogía de los episodios I, II y III (la trilogía de precuelas). En toda la trilogía solo pasan dos cosas:
- Primera. Anakin se vuelve malo justo en el momento en el que su mujer muere dando a luz a sus dos hijos. A los niños los separan y a él le dicen que han muerto todos.
- Segunda. La República galáctica sufre un golpe de estado y se convierte en el Imperio Galáctico.

Yastá. Os he ahorrado seis horas de peli... vale... que sí, que se pueden ver. No son tan terribles, son agradables, pero no están a la altura del hito marcado por la trilogía clásica. Sus fallos? muchísimos. El mayor de ellos es que los personajes eran aburridos. Quienes son Qui-Gon Jinn, Darth Maul, Windu o Dooku? O podría decir cualquier de los Jedi excepto Obi-Wan y el maestro Yoda. Los demás -por mucho Samuel L. Jackson que haya- han quedado en el olvido. (Por supuesto para los que sabemos quién es Boba Fett, Jango, o quien es Greedo claro que nos acordamos de Qui-Gon...)

Sobrepasado por la legión de Fans aterrados por los episodios I, II y III finalmente George Lucas vendió los derechos a Disney (por cuatro mil millones de dólares, nada menos). Y Disney se puso manos a la obra. Hay que rentabilizar tamañana inversión. -¿Cómo lo hacemos? Vamos a hacer juguetes, cómics, cuentos, series de televisión videojuegos... ah sí! películas también caro! Planteamos una serie de precuelas y spinoffs con los personajes principales y vamos a iniciar una nueva trilogía sobre lo que ocurre después de la Batalla de Endor y para eso buscaremos a un director joven y talentoso que todo lo que toca lo convierte en oro.- Mr. JJ Abrams se puso al timón para hacer un episodio VII que satisficiera a todo el mundo. Y en lugar de relajar las expectativas comenzó a aumentarlas. A cuenta gotas todo el reparto inicial (de la trilogía clásica, la buena) se fue sumando al carro. Luego aparecieron fotos de las primeras reuniones informativas, con todo el elenco sentado en circulo y un JJ Abrams en un sofá rojo con su nariz, sus gafas y un montón de papeles en las manos. El molinillo empezaba a girar para Disney y veremos donde termina.





Después de trailers, de teasers, de pases privados y muchos comentarios sobre la ausencia de Luke en el cartel y demás zarandajas la película llegó a las pantallas. En dieciséis días ha hecho setecientos millones de dólares pulverizando el récord que ostentaba Avatar (que tardó setenta y dos días en llegar a esa cifra.) Y sigue sumando a la espera de como se comportará el mercado Chino. Se postula como posiblemente la película más taquillera de la historia.

El despertar de la fuerza es una película bien hecha y os voy a contar porqué.

Mantiene la esencia de las primeras películas. Es visualmente coherente con la trilogía clásica, aunque es muy superior, claro. La trilogía de precuelas nos presentó una realidad de cristal liquido brillante. Las naves no tenían filos, ni se les veían los tornillos. Todo era flamantemente nuevo (excepto la vaina de Anakin... vale). Pero en general era un universo limpio y refulgente, donde en cada nave podías ver tu propio reflejo. Todo se había grabado sobre Cromas, y todo era CGI puro. JJ no siguió ese caminos. Basta con ver algunas de las impresionantes maquetas que usó durante el rodaje. Este animal enorme, que no se como se llama, se fabricó para apenas unos segundos en pantalla. Casi recuerda al increíble esfuerzo de Peter Jackson por hacer de El Señor de los Anillos un mundo creíble al forjar miles de espadas (aquí la foja real de Narsil y luego de Andúril).
Abandonar la idea de mundos de colores era una prioridad para Abrams. Una prioridad lógica. Por un lado para alejarse de los mundos de Yupi de la trilogía de precuelas, y por otro para alejarse del concepto "disney". Para ello la historia se inicia en Jakku, un planeta desértico a la afueras de la galaxia donde se estrellaron muchas naves después de la Batalla de Endor. Entre ellas un Destructor Galáctico de clase Imperial. Los habitantes de este planeta son casi carroñeros, muchos de ellos viven de aventurarse a entrar en alguna de estas naves a punto de desplomarse y recuperar alguna pieza que puedan vender. El polvo, la suciedad, el óxido y la tierra dominan el paisaje.

Visualmente espectacular. En la primera escena vemos como una flota de cazas imperiales descienden sobre un Jakku. Cazas y también a lanzadera de Kylo (aquí el juguete, por si alguien quiere hacerme un regalo.) Esta primera escena con cámara en mano, con maquetas, con el CGI justo para que no se note nada ya me gustó. Por fin algo de óxido y de humo chungo. Durante la batalla otra cosa me sorprendió. Sangre! Vale que las espadas láser cauterizan a la vez que cortan, pero la falta de sangre en las seis películas precedentes era más que absurda. Parecía que los soldados imperiales están hechos de plástico, porque no se ve ni una gota de sangre. En esta no es que haya muchísima, pero al menos vemos un casco manchado de rojo. Sin embargo la escena que realmente que cautivó es la presentación de Rey. Entrando en la nave, con ese silencio, esa sensación de frío, ella encaramada robando alguna pieza para revenderla. El encuadre, la tela, las gafas... -que grande señor Abrams, qué grande- Y a esa siguieron tantas otras, como el vuelo del Halcón Milenario -esa chatarra- o la batalla en el planeta helado con las espadas láser tocando la nieve o el encuentro entre Kylo Ren y Han Solo en el puente.

Regreso del tono humorístico. Los chistes ya no son que a Jar-Jar Bings se le congele la lengua -por favor... que bajo caíste Lucas- Tenemos un Han Solo hilarante hablando con Chewbacca y un Fin muy simpático -eh! soy un pez gordo de la resistencia- y por supuesto un C3PO casi irreconocible por su brazo rojo. Han abandonado es cariz filosófico-místico de las precuelas para regresar a donde comenzó todo.

El universo expandido. Después de la publicación del episodio VI salieron a la venta mogollón de historias relacionadas con el universo StarWars. Cómics, videojuegos, series de TV... A este universo se le llamó Universo Expandido. Se contaba, por ejemplo, que Han y Leia tuvieron tres hijos, se contaba que el Emperador Palpatine no había muerto. O más bien que había regresado de la muerte. Se contaba que Chuwbacca había muerto en parte por un despiste del hijo de Han y Leia... (que Luke tuvo un hijo llamado Ben Skywalker! ) y muchas cosas más. Lucas Films mantuvo la mayor parte de este universo como canónico. Cuando Disney se hizo con los derechos declaró que todo este "universo expandido" quedaba fuera del canon marcado por las seis películas (se van a sacar una pasta rehaciendo este universo expandido y vendiéndonoslo a cachitos.) ¿por qué nombro esto como algo bueno? Los que solo hemos visto las películas estamos "al día", y todo lo demás son habladurías apócrifas.

Kylo Ren. - Hala... otro fulano con máscara... pero esto qué es?- Eso es lo que dije al ver el trailer... pues me tragué mis palabras-. Kylo es un personaje maravilloso. Es un villano en ciernes. Un joven poderoso en la fuerza que se revela ante su tío y maestro Jedi (Luke) y que elige el lado oscuro. Quiere parecerse a su abuelo Anakin (Darth Vader) y por eso se pone la máscara... aunque al final la gente no le toma en serio. Si es un pipiolo! Tiene ataques de ira en los que destroza lo que tiene delante como una pataleta de niño pequeño. Una clarísima muestra de debilidad y de inmadurez. Además Kylo protagoniza la escena más bonita de la cinta. El arma de la Primera Orden consume una estrella mientras Han y Kylo hablan sobre un puente oscuro. Entonces Fin y Rey abren una puerta y el sol que muere ilumina a Han y a su hijo. En ese momento hay una lucha en el interior de Kylo. La escena nos presenta a Kylo en conflicto en penumbra, y a Rey y Fin bañados por la luz. Cuando el sol se consume y desaparece la fuente de luz, algo cambia en el corazón de Ben Solo y mata a su padre. Han responde con una cariñosa caricia y cae. Como quien da una última lección de paz, Han perdona a su hijo antes de morir, no hay en su mirada odio, ni siquiera sorpresa, solo amor y tal vez lástima y esperanza. Kylo tiene todas las papeletas de convertirse en un gran personaje, ahora ya afianzado en el lado oscuro. (Yo espero que haga como Piccolin... ya no puede ser más malo, así que que se se vuelve bueno como Magneto)


Rey. Por fin JJ vindica el papel de las mujeres en la saga. Leia y Padme prometían mucho y se quedaron en poca cosa. Por fin Rey es una chica fuerte, con un papel principal en la acción. Poderosa en la fuerza, que hace frente en batalla a Kylo o a quien se le ponga por delante. Hay muchas preguntas a su alrededor. ¿Quién es? Hija de Luke? no debería... los Jedi no tienen hijos porque tiene prohibido el apego. Entonces... será hija escondida de Leia y Han? Desde luego se parece físicamente a Padme, y se crea un vínculo inmediato con Han. Me encantó el flashback en la cantina -con el sable láser llamándola cual anillo único- que abre tantas preguntas.



Fin. ¿Cómo es posible con que un soldado de asalto de la Primera Orden deserte? Nos explican muy claramente que son seleccionados al nacer y aleccionados toda su vida, incluso "acondicionados" Acaso hay un despertar de la Fuerza en Fin? Posiblemente. En la primera escena Kylo se gira para mirarlo como si detectase algo extraño. Poco después estaba en el lugar perfecto para rescatar a Pou Dameron y luego en el sitio preciso para conocer a Rey, con la que claramente tiene un vínculo. Después resulta que tiene los conocimientos justos y necesarios para destruir la nueva arma de la Primera Orden y finalmente se hace con un sable láser y presenta batalla a Kylo Ren! (de hecho por poco se lo carga). Se convertirá Fin en un Jedi? Es poderoso en la fuerza? Conoceremos a su familia? Quién sabe...

Han Solo. El regreso de la mayor estrella de la saga era de esperar. Harrison Ford se enfunda la misma cazadora para dar vida a un Han Solo treinta años mayor, que sigue por lo menos igual de cascarrabias. Han ha vuelto a lo que mejor sabe hacer -el contrabando- con su inseparable Chewbacca. Mantiene su actitud de gallito, aunque algo mermada, su tono y su "retranca". Cuando aparece en escena toda la sala suelta un respiro -oh! es Han Solo!- Está claro que alguien tenía que morir (siempre muere alguien en estas pelis... Quo-Gon y Obi-Wan mueren de una forma similar). Un nuevo comienzo requería cierto drama y matar a un personaje que de alguna forma tiene la figura de mentor de Rey y Fin es propio de la saga. Le dieron un buen cierre. Han se va siendo la estrella que siempre fue.

El líder Supremo Snoke y las teorías. Es divertido ver la cantidad de teorías que ya circulan por la red. Que si es Darth Vader, o el Emperador que ha renacido, o el propio Luke, o Darth Plagaseis -maestro Sith del Emperador-, o un Padawan que no murió en el ataque al templo Jedi del episodio III, o tal vez una Inteligencia Artificial...  Alguno dice que es R2D2 que se ha vuelto malo... o solo un tipo que se llama Snoke. Es divertido. En esto de abrir la puerta a conspiranoias Abrams es un maestro (recordemos Lost). Sea como sea, se plantean estupendas preguntas sobre su identidad.

Las referencias. La película está plagada de referencias y curiosidades. Por ejemplo el número de identificación de Fin es el FN-2187. Curiosamente la celda en la que Leia está atrapada en el episodio IV es la 2187. La idea del compactado de Han Solo hace referencia a lo ocurrido en el mismo episodio IV. Las similitudes entre Jakku y Tatuine. La perdida de brazos y manos que a Lucas tanto le gusta (en esta el que lo pierde es C3PO). La aparición de la esfera de entrenamiento de Luke en el Halcón, el ajedrez holográfico... El regreso a una cantina. La aparición del almirante Ackbar (es una trampa!) y tantas tantas otras...



Por supuesto que se parece mucho al episodio IV. Por qué es eso algo malo? Al fin y al cabo es lo normal. Hay muchas similitudes. Es la primera de tres películas. Presenta nuevos personajes y tiene que plantear un punto de partida y un primer avance. Los personajes son interesantes (Rey, Fin y Kylo), las circunstancias también (ausencia misteriosa de Luke, el regreso de Han, la aparición de Snoke, Kylo tomando decisiones dentro de la Primera Orden, esta intentando acabar con la nueva república...). Y aparecen un montón de preguntas:

¿Por qué ha huido Luke?
¿Quién es Ray? ¿Hija de Luke? de Leia? De Chuwbacca?
¿Es Fin un Jedi? ¿Se están despertando más Jedi en toda la galaxia?
¿Quién es el jefe supremo Snoke?
¿Cúantos años tiene el Almirante Ackbar?
¿Kylo ha interiorizado el lado oscuro? Se volverá bueno como Piccolín y Magneto?
¿Volverá Luke para salvar la galaxia o entrenará a Ray cual Yoda pero sin meterse en lios?
¿Aparecerá Jar Jar o algún otro gungan? -espero que no-

En cualquier caso El despertar de la fuerza es una película bien hecha, y aun diría más, es una Gran Película.











sábado, 2 de enero de 2016

Tengo la sensación de un colegio vacío.

"Esta alocada intensidad me crispa y me encierra.
Es pura inercia ilógica la que nos mantiene en tierras de alienación.
El tiempo pasa y la ingenuidad se transforma en indiferencia. 
Si esto sigue así no podré contenerme."

La vida avanza. Atrás quedan etapas quemadas. Ya no es posible regresar. No podemos recuperar el equipaje que vamos dejando en el camino, las cosas que vamos perdiendo u olvidando.
Es ley de vida. El tiempo pasa.

Cada año que pasa la navidad se va cargando de tristeza. Una época tan emotiva, llena de fiestas, de cenas, de familiares y amigos... al final es normal que atrape sensaciones de vacío, de añoranza y de ausencias. En medio de la vorágine de la navidad he tenido tiempo revivir algunas cosas de mi niñez.

Me he visto a mí mismo jugando al trompo en el patio del colegio. Me he visto con las manos llenas de tierra jugando a las canicas con mi hermano -yo las perdía todas y él las ganaba-. He recordado cómo me llenaba la cara de ceniza en los magostos y cómo saltaba en el charco grande que había detrás del patio cubierto. He recordado también aquella vez que el patio estaba lleno de ramas, porque habían podado los grandes plataneros, y los niños jugábamos a escalarlas o inventábamos una aventura de los G.I. Joe mientras hablábamos de Oliver y Benji.
He recordado colarme a través del hueco de las rejas para jugar por la tarde en el patio del colegio por la tarde. He recordado subir al tejadillo a por un balón "embarcado" y luego saltar con los ojos cerrados porque me daba miedo bajar. He recordado alguna pelea sin importancia, una excursión a una catedral, otra a un castillo y otra a un planetario. He recordado mi primer viaje en avión, un aquapark con delfinario y un baile inolvidable. También alguna mala decisión que mi hizo prisionero durante años. He recordado que ir a la calle San Antoniño a alquilar una peli era ir muy lejos. El mundo terminaba en mi manzana, más allá era tierra inhóspita. He recordado la sensación de ver a mis amigos en el recreo desde la ventana de mi casa, un día soleado en el que yo estaba enfermo. He recordado el miedo de perderlo todo, la impotencia del cambio que se acerca y de las despedidas amargas a acabar el último curso. He recordado ir a la piscina de un amigo un verano caluroso, y a las piscinas de Campolongo poco antes del verano. He recordado cómo y dónde crecí. Y por supuesto he recordado a mis amigos.

-Si es que siempre has sido un poco moñas- Pues sí, para qué nos vamos a engañar. Pero ahora no tengo nada que perder, no voy a negar mi lado emocional. No voy a volverme indiferente, ni indolente a estas alturas. Demasiada apatía emocional, y demasiada indolencia hay en el mundo ya.

Supongo que cada uno lo vive de una manera. Cada uno crece, evoluciona, avanza, se hace mayor de una forma diferente. ¿Cómo has llegado a ser quién eres? ¿Cuándo perdiste la ingenuidad? ¿Cómo fue? ¿Lo recuerdas? Yo recuerdo cosas concretas que me cambiaron. Recuerdo vívidamente mi último año de colegio. Octavo de EGB, hace diecinueve años. Lo recuerdo con añoranza, con cariño y diría que incluso con respeto. Me acerco a esos recuerdos con cuidado de no trastocarlos, de no transformarlos. ¿Qué cómo se me ha dado por ahí? Me he reencontrado con mis amigos del colegio diecinueve años después, por culpa de un maldito y cruel malentendido que acabó en anécdota.

Todos estamos más mayores. Algunos tienen menos pelo, otros tenemos más kilos. Algunos con carreras universitarias de primer nivel, otros sin estudios. Unos solteros, otros casados. Algunos con hijos, otros autodeclarandose nómadas. Unos con canas coronando nuestras sienes, otros con arrugas de sabiduría en sus rostros. Algunos con buenos trabajos, otros luchando por el día a día. Allí sentados tomando algo fresco pude ver a los ojos de los niños que fuimos. Al final, con todo lo que ha pasado, somos los mismos. Con la sobriedad de la adulted, con el reposo de la experiencia, empezamos a darnos cuenta de que hemos nunca hemos dejado de ser aquellos niños que crecieron juntos y que luego se separaron por que la vida es caprichosa. Tal vez hemos abandonado la etapa de las vergüenzas, de los complejos, de los miedos absurdos. Esa tontería de descubrir quienes somos negándonos a nosotros mismos es una etapa pasada, y volvemos a estar enteros, íntegros, cómodos en nuestra piel, o quizás resignados. Pero mucho más seguros, más asentados, más reposados y más tranquilos.

Entre tanta anécdota se filtraron conversaciones más complejas, algo de política, algo de sociedad, algo de religión, pinceladas que me dicen que somos seres más complejos, con más dimensiones. San Antoniño ya no es lejos, nuestro mundo es más grande y más complejo y nosotros hemos evolucionado para adaptarnos a él.


Abandoné la niñez sin darme cuenta. Ahora me doy cuenta de lo genial que fue ser pequeño.

Desde aquí solo quiero daros las gracias, amigos. Tener amigos como vosotros es una cosa bien hecha, aunque nos veamos cada 19 años.