jueves, 5 de diciembre de 2013

Todavía tengo Blues para ti.

Me sorprendo a mi mismo. Ya llevo unas cuantas entradas y todavía no he puesto nada de música, que vergüenza ¿acaso no hay música bien hecha? Sí, hombre sí. Ahora mismo saldo mi deuda y me quedo más tranquilo.

La música es un lenguaje. Uy que bonito, que bien suena… pero ¿qué quiere decir eso? Os recomiendo este video de Victor Wooten, uno de los más afamados bajistas de todos los tiempos. En este caso lo importante es lo que dice y no lo que toca.

La música es una forma del Arte, un afloramiento, un brote que nace de un impulso creativo que de forma innata aparece en el ser un humano. El arte se puede disfrutar de varias maneras, en función de la cultura de cada uno y de los conocimientos y vivencias que tenga. La música es capaz de llegar a gente de todo tipo, sin hacer diferencias de sexo, raza o credo, y eso le da un carácter universal. Si eres un oyente ocasional, disfrutas de la música como de lejos; si eres melómano y músico aficionado, la disfrutas como de cerca; y si eres un músico con grandes nociones de teoría musical, composición y armonía la disfrutas como desde dentro. 

¿Qué hace de una canción una gran canción? He tenido más de una conversación sobre esto, incluso alguna un poco agria: - No, a mi no me vale una canción con tres acordes, eso no me llena. Yo escucho música de verdad, elaborada, con músicos capaces. Además la música no se puede escuchar en cualquier sitio, yo tengo un amplificador a válvulas y mis mp3 están todos a 320kbps…- … ah, pues vale. Creo que no entendemos la música de la misma manera, yo conozco varias grandes canciones de 3 acordes... He escuchado cientos de vídeos de baterías haciendo cosas imposibles, moviendo sus muñecas a velocidades irreverentes; guitarristas que hacen locuras con guitarras supersaturadas, 3 pedales de delay y guitarras de 7 cuerdas; bajistas que “slapean” hasta el infinito y más allá… y al final no dicen nada, no transmiten nada, sus canciones están vacías, en ellas no hay contenido, ni emoción, ni gracia alguna. Algunos entienden la música como un deporte, donde gana el más rápido y pierde el más lento. Pero no, no es así. En la música a veces gana el más lento, porque no es una competición donde gana el más veloz, el más fino o el que salta más lejos. La gracia de la música no está ahí. Así encontramos álbumes y vídeos que no son más que tratados de egocentrismo, novelas de autoafirmación del YO, ensayos de vanidad. Son un brote, no de arte, si no de una de las multiformes formas de egoísmo.

El virtuosismo como herramienta me parece bien, por supuesto, pero siempre supeditado a favor del calor de la canción, de su tempo, de su tono y de su feeling. ¿Lo importante de Jimi Hendrix es lo bien que suena su stratocaster? No. ¿Lo profundo de su conocimiento armónico? No ¿Qué sus discos están grabados en súper estudios y que tiene un sonido cuadrafónicosuperestelar? ¡¡Qué va!! Lo importante de Jimi y de muchos otros es su alma, su feeling, su groove y su Rock&Roll. Su aptitudes son herramientas al servicio de otro talento, más difícil de aislar, más difícil de definir y casi imposible de adquirir.

Los eventos de los virtuosos no perduran, son efímeros y están condenados a ser mejorados por un asiático en youtube. En cambio las canciones perduran, las CANCIONES perduran. No son efímeras porque viven en el interior de las personas que las aman. Nadie ama “aquella vez que Horacio, el Negro, Hernandez hizo nosequé” (por cierto, un batería recomendable, especialmente su disco ITALUBA. Si te interesa mira este video) Las grandes canciones son aquellas que tienen alma, aquellas que se te meten hasta las entrañas y así se quedan. Las grandes canciones son las tienen la capacidad de fijar recuerdos y producir sensaciones. No precisan de más defensa, no son deudoras de los altavoces por los que salen, ni de si la guitarra que las ejecuta es americana o fabricada en Fujigen. Tienen entidad en si mismas y son capaces de llevarte al mismo lugar cuando las escuchas en casa, en tu equipo con amplificar a válvulas y en vinilo, que si la toca un músico callejero o si intentas tocarlas tú con una acústica vieja y un poco desafinada. 

Os invito a escuchar esta canción



Todo un himno, una canción transgeneracional con todos los tintes que luego fueron clásicos en la carrera de Gary Moore. Un fraseo clásico, reproducible, tocado con un sonido gordo, profundo, saturado, con unos bendings largos y con todo el sustain  que su Gibson le permitía. Una canción con Alma, con fuerza, toda una declaración de intenciones.
Seguro que ya la habías escuchado, a lo mejor no sabias quién la había compuesto, o quién era el intérprete, pero con escucharla una vez se te queda grabado el fraseo de guitarra. Una canción fácil para el oyente ocasional, accesible para cualquiera que no sepa nada del Blues ni de las guitarras. Para el melómano es un clásico, por fin un Blues con fuerza, con grandes licencias del Rock, con un vocalista potente y un sonido rotundo que mejora en los directos. Para el músico amateur es una canción factible, especialmente su fraseo principal, un desafío para los nuevos guitarristas, un ejemplo de sonido y actitud para todos los guitarristas jóvenes. Y para el músico experimentado es un placer armónico, en el que la complejidad y el conocimiento de un artista de renombre al servicio de una sencilla linea. Esta canción es un claro ejemplo de que el virtuosismo y el conocimiento no están enfrentados a la capacidad de dotar de Alma y de pasión una canción. Todo lo contrario, a veces se alinean las estrellas y todo se conjuga para sacar un tema de estas dimensiones.

Una canción dominada por un fraseo mítico, potente, profundo, de esos que se te meten dentro y anidan. Y por eso Still Got The Blues es una canción bien hecha.


PD. por si teneis curiosidad


Gary Moore fue un músico de Irlanda del Norte. Nació en Felfast en el 52. Tuvo una infancia y juventud tormentosa, por problemas familiares y por los problemas políticos de aquellos años. Durante mucho tiempo se centró en la música Hard Rock, y heavy metal. Después de sus andanzas nada despreciables por estos mundos tocando en varias bandas y también en algún disco en solitario, en los 90 se centró en su carrera como guitarrista y vocalista y dio un giro hacia el blues, aunque nunca abandonó su tono Rock característico. Murió prematuramente en 2011
Tiene varias canciones míticas, os dejo un par de enlaces:
Parisiense Wakways
Empty Rooms

The Messiah will come again

Y por si alguien quiere escuchar tres baterías impresionantes

Dave Weckl, Vinnie Colaiuta, Steve Gadd




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