miércoles, 22 de enero de 2014

In Absentia, Porcupine Tree. Buenos tiempos, buenos amigos, un poco de melancolía.

Estoy haciendo memoria. Mi primera radio me la regalaron en la navidad de 1.993-94 cuando cumplí los once años. Me acuerdo perfectamente de ella. Era una radio amarilla y negra que olía a flotador. ¿Que cómo recuerdo tan bien la fecha? Fácil, recuerdo las primeras canciones que escuché en ella. Tuve un millón de cintas grabadas de aquella radio. Tenía PLAY+REC+PAUSA todo el tiempo apretado para grabar rápidamente si en la radio ponían una canción que me interesara, sólo tenía que soltar la pausa.
Recuerdo muy bien mi primer disco compacto, aún lo conservo. Fue el New Jersey de Bon Jovi (me alegro tanto de no haber comprado los Pitufos Makineros que es lo que me recomendaba uno de mis amigos… esa deshonra me habría perseguido toda la vida… con Bon Jovi puedo decir bien alto cuales eran mis gustos musicales adolescentes)

Era bonito tener un disco físico. Podías querer aquel objeto y cuidarlo, limpiarlo, dejarlo en un sitio especial en tu habitación… Tener un gran disco dentro de una carpeta, dentro de otra carpeta, dentro de otra carpeta ocupando unos cuantos megas no es lo mismo. Algo hemos perdido con la digitalización, y no solo en la calidad de sonido. O a lo mejor es que me estoy haciendo mayor y estas modernidades dejan de hacerme gracia. Igual me vuelvo al vinilo.

Ya ha llovido desde aquel New Jersey. No se cuantos discos habré escuchado, no se cuantos habrán pasado por mis manos ni por mi disco duro. Cientos, seguro, tal vez miles. Y de todos ellos me voy quedando con los que más me van gustando, o los que han llegado a significar algo para mí. Posiblemente no sean los mejores, seguro que no lo son, pero son lo mejores para mi. Hay que reivindicar el individualismo de vez en cuando. ¡Mi disco favorito es el mejor disco del mundo! De mi mundo o al menos.

Es curioso, la música funciona como un agujero de gusano, consigue trasladarte a un momento concreto de tu vida y aquellos recuerdos, aquellas emociones y sentimientos resurgen. Por eso a todos nos gusta escuchar canciones de nuestra juventud. Me encanta escuchar “What´s the Story Morning Glory?” de Oasis. No puedo evaluar la calidad del disco de forma objetiva. Me recuerda mi primera banda, los primeros ensayos, los primeros conciertos, la búsqueda del sonido, las primeras canciones. Un montón de cosas buenas. 

¿Queréis que hable de un disco BIEN HECHO? Vale. No es difícil, porque hay muchos, aunque no son fáciles de encontrar. Y además, bueno, lo de bien hecho, bueno o malo es muy subjetivo. Un gran disco a descubrir si no lo conocéis es In Absentia de Porcupine Tree.

Porcupine Tree es un grupo extraño. Su cantante, Steven Wilson, tiene también una carrera en solitario y participa en otras bandas. Hacen Rock Progresivo. - madre mía ¿y eso qué es?-  En realidad no es nada raro, es rock que se caracteriza por la progresión armónica, y eso quiere decir que las canciones tienen diferentes intensidades, digámoslo así. La canción va progresando, no tiene un sonido estático. Hay ocho mil sitios en internet donde filosofan al respecto. Porcupine Tree tiene un sonido característico, dominado por una fuerte presencia de guitarra eléctrica con riffs muy rítmicos y potentes seguidos de puentes o estrofas donde la linea vocal es muy melódica y manda la guitarra acústica o las cuerdas. Así las canciones tienen de todo, caña y melodía. Perfecto.
In Absentia tiene muchas buenas canciones y además tiene un sentido global. El disco habla, para el que sepa escuchar, de la decadencia de un niño que crece y que va siendo dominado por una oscuridad interior. Así llega a perderse totalmente y a verse involucrado en un evento terrible. Luego, superado por lo que ha hecho lo encontramos destrozado. Sólo en el último momento, en la última canción vemos una pequeña puerta abierta hacia el perdón y la esperanza. Es un disco triste y melancólico.
Todo lo que hace Porcupine Tree tiene ese aire trágico, con un fondo de crítica social.

Hay muchas buenas canciones, la primera es The Blackest eyes. Un primer tema que nos enseña las intenciones de todo el disco, un riff duro, un break de batería imposible y una linea melódica suave. Grandísima canción. La segunda es Trains, posiblemente la canción más icónica de la banda, dominada por un juego de acústica que se repite constantemente. En fin, os recomiendo que lo escuchéis o que busquéis críticas por internet, es un disco muy estudiado y hay un montón de información sobre él. Está en Spootify y también en la tienda de iTunes y en todos lados. Muy recomendable.

Para mi este es un disco especial y por eso lo nombro aquí. Lo descubrí por un buen amigo, más metalero que yo que me lo recomendó (junto con otros cuantos que ya tendremos tiempo de contar). Lo escuché mucho estando sólo en mi habitación, mientras estaba en la universidad. Santiago es un sitio fantástico para escuchar música emotiva y con un toque triste. Y también lo escuché mucho mientras trabajábamos en una banda. La banda se ha disuelto, nos quedan las canciones, las que tocamos, las que hicimos, las que grabamos y las que escuchamos juntos. Buenos tiempo de conciertos en bares y locales cutres. Buenos tiempos con buenos amigos. Eso significa para mi este disco: buenos tiempos, buenos amigos y un toque de melancolía.


In Absentia de Porcupine Tree es un disco bien hecho, bien construido, bien pensado y que suena de lujo. Y además, si lo escuchas bien, puede que algún día signifique algo importante para ti, como lo hace para mí.

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